10 películas extremas para espectadores valientes

Escrito por el 23 junio, 2016

Monica Belucci en Irreversible (2002)

Violencia gráfica, sadismo, crueldad, mutilaciones, torturas, aberraciones sexuales y transgresiones de todo tipo, son algunos de los temas y contenidos que incluyen las películas que listaremos a continuación.

Films que, invariablemente, han suscitado censuras y generado controversia y espanto, pero que se han convertido en obras fascinantes y únicas para aquellos que se atrevieron a apreciarlas como objeto artístico, o, mejor dicho, como experiencia, aunque no necesariamente una placentera.

Mientras agradecemos que las ideas de estos directores y el viaje de su mente a lugares tan oscuros y macabros sea sublimado a través del arte y no se conviertan en algo real, aquí les dejamos 10 películas extremas, difíciles de ver, pero que, si te animas, valen la pena.

#10 Seven (1995)

Dirigida por Stanley Kubrick. Con Malcolm McDowell.

Tal vez después de tantos años y del fenómeno de culto y popular en que se ha convertido La naranja mecánica, nos veamos inclinados a pensar que el impacto de su violencia haya disminuido.

Sin embargo, basta recordar las escenas en la que Alex y sus drugos golpean a un indigente, o la que ingresan en la casa de una pareja, golpean al hombre hasta dejarlo paralítico y Alex viola a la mujer cantando Singin’ in the Rain, o aquella en la que ataca a una anciana con una estatua fálica, para notar que merece un lugar en esta lista.

Sin olvidar, naturalmente, la despiadada y absurda terapia Ludovico aplicada al propio Alex después, difuminando y complejizando los preceptos morales de la película.

#8 Oldboy (2003)

Dirigida por John Waters. Protagonizada por Divine.

Uno de los films más representativos del maestro de la transgresión y de lo repulsivo, sucio y asqueroso como forma de arte.

Esta película es protagonizada por una drag queen, Divine, que gracias a este papel protagónico se convirtió en una especie de estrella del undergroundestadounidense. Contiene además una de las escenas más desagradables e icónicas del cine de Waters: una en la que Divine come mierda de perro. Literalmente.

#6 Audition (1999)

Dirigida por Takashi Miike. Con Tadanobu Asano y Shinya Tsukamoto.

Otra del gran director de terror psicológico japonés, que posee una increíble habilidad para representar el horror más palpable en la pantalla, de forma que casi lo sintamos en carne propia.

Prohibida, censurada y recortada en varios países por su extrema violencia y por la representación gráfica de la crueldad, Ichi the Killer es una película que parece explotar brillantemente estos recursos precisamente para reflexionar sobre la representación de la violencia en la ficción e involucrar a la audiencia en el proceso.

Tal vez sea un mito –o no–, pero se dice que durante su estreno en el Festival de Cine de Estocolmo, se entregó previamente a los espectadores una bolsa de plástico en caso de que les produjera vómitos. Dos de los presentes no sólo vomitaron, sino que también se desmayaron.

#4 Holocausto caníbal (1980)

Dirigida por Gaspar Noé. Con Monica Bellucci, Vincent Cassel y Albert Dupontel.

El título de la película refiere al hecho central y principal conflicto de la trama, pero también en cierta medida al modo en que se narra la historia, mostrando los hechos en orden cronológicamente inverso.

Este principal conflicto es la violación de una mujer y el desarrollo de la trama sigue a su novio y a un amigo que buscan al responsable para vengarse. Básicamente hay dos escenas emblemáticas y representativas de la violencia y la brutalidad de la película.

La primera , ocurrida como consecuencia de la violación pero mostrada antes a la audiencia, es la desfiguración del rostro de un hombre con un extintor, mostrada en detalle durante unos cuantos y dolorosos segundos. La segunda, es la violación propiamente dicha. Una escena en tiempo real, de casi diez minutos, en los que el director nos somete a presenciar directamente el hecho sin cortes ni movimientos de cámara, lo que no hace más que extrapolar la sensación de impotencia e irreversibilidad.

#2 Salò o los 120 días de Sodoma (1975)

Dirigida por Srđan Spasojević. Con Sergej Trifunović.

La trama se centra en un actor porno ya demasiado mayor como para actuar pero reconocido por su legendarios atributos viriles. Vive con su esposa y con su hijo de 6 años y ya no está interesado en actuar, pero le ofrecen un misterioso rol en una película “artística” y, con tal de sustentar a su familia, acepta el trabajo.

De repente, el hombre se ve envuelto en una salvaje y brutal película que incluye abuso infantil, necrofilia y violaciones (y que la otra película, la que nosotros vemos, no duda en mostrar), en la que es drogado y manipulado para cumplir con su papel.

Esto, sin embargo, es sólo el comienzo. Sobre el final, la trama incluye un sorpresivo giro que, además de repulsivo física y visualmente, es emocionalmente perturbador.


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