El Trailero

Escrito por el 25 junio, 2011

EL TRAILERO

Tengo 35 años, y desde hace 10 me dedico a transportar mercancia en un tráiler. Es un trabajo duro, las jornadas son tediosas ya que debido a la pesada carga, muchas ocasiones tenemos que circular a velocidades muy bajas, haciendo tedioso el recorrido.
Trabajo para un almacén importante, traslado mercancía de la ciudad de México a diferentes lugares de la República, una ocasión tenía que ir rumbo al norte, por fuerza había que atravesar la sierra de Tamazunchale un tramo muy largo de montañas, por lo mismo la carretera es muy sinuosa aunque el paisaje es de embeleso, allá abajo los pinos semejan ser cerillos, de cuando en cuando ante nuestra vista surge una caída de agua
cristalina, y como persiguiendo la carretera,en lo profundo de las cañadas,compañero distante un rio corre y recorre las sinuosas curvas, el agua es verde obscuro, como si quisiera ocultar mil secretos para los extraños, huele fresco, pero se presiente un presencia extraña, quizá de algún duende del bosque.
Ya avanzado mi viaje, detuve mi camión en un café frecuentado por camioneros. Brinqué del estribo y al pisar tierra sentí que ésta ondulaba bajo mis pies…¡ está temblando ! , pensé, me encogí de hombros y entré a tomar un café negro bien cargado, al acercarse la mesera le dije, “estuvo fuerte el temblor…A lo que ella respondió extrañada ¿ cuál temblor ?, si aquí no tiembla nunca”, apenado hundí mi cabeza en los hombros y no hice mas comentario. Al ir a abordar mi trailer de nuevo, vi que había un enorme charco de sangre junto a mi camión, espantado corrí de nuevo a la cafetería y le dije a la mesera
” algo pasó, hay mucha sangre cerca de mi trailer “, la mujer incrédula me acompañó sólo para comprobar que no había nada, ella con sonrisa medio burlona me dijo, ” no hay nada, lo raro es que hace muchos años en ese lugar murieron muchas gentes, eran peregrinos, los embistió un camión sin frenos pero eso fue hace mucho tiempo”. Ya no dije nada, me subí a la cabina y emprendí la marcha de nuevo.
Seria pasado el medio dia, el cielo se empezó a nublar, una molesta llovizna me obligó a bajar más la velocidad, 20 ó quizá 30 km, las pesadas ruedas chirriaban hirientemente en cada curva, la llovizna persistía mientras una neblina densa se adueñaba de la carretera sin permitirme ver mas que unos cuantos metros adelante, sentí que lo único “vivo” eran los limpiadores del parabrisas…tac,tac,tac,tac
era el único ruido que se oía, interrumpido de cuando en cuando por el chirrido de las llantas. Por lo intrincado de la sierra, mi radio no captaba ninguna estación. Nervioso prendí un cigarro, y me aferré del volante tratando de concentrar mi atención en la carretera, ya que la neblina se arremolinaba tercamente sobre la carretera, encendí las luces, cuando de pronto sentí algo junto a mi ventanilla, al voltear ví claramente la cara desfigurada de un hombre, VOLVÍ LA MIRADA AL FRENTE SOLAMENTE PARA VER QUE DE ENTRE LA ESPESA NIEBLA SALÍAN SERES HUMANOS con los cuerpos rotos, pasaban junto a ambas ventanillas con cara de dolor, me invadió un terror profundo, traté de no mirar nada mas que la línea central de la carretera, esto duró unos segundos, no se cuantos, pero vi muchos espectros, al salir de una curva se empezó a despejar la neblina,empezó a verse con claridad, a la orilla derecha de la carretera sobre una enorme piedra estaba sentado un hombre joven, golpeé desenfrenado varias veces el claxon para llamar su atención, el muchacho volteó hacia mí, y vi con horror que no tenía ojos, sus cuencas estaban vacías y chorreaban sangre. Casi enloquecido comencé pedirle a Dios apartara de mi ésas imágenes. De pronto todo se aclaró, de nuevo el verdor de los árboles, arriba el cielo era tan azul que parecía inocente, ignorando lo que unos metros atrás había acontecido. Fue hasta entonces que me percaté que como era posible que si veía a los “seres” asomándose por las ventanillas del trailer…¡ de que estatura serían !
Unos tres kilómetros mas delante vi una capilla de ésas que levantan los fieles en las carreteras, frené mi trailer y decidí entrar a a rezar un poco, la boca me sabía amarga y tenía la ropa empapada en sudor. Entré al pequeño recinto, había un Crucifijo, apenas me persigné cuando de pronto entró volando una paloma negra que se estrelló contra el vidrio de la ventana, salí apresurado y emprendí el camino, no paré hasta llegar a mi destino. El superintendente de la tienda se molestó por que según él venía yo con 6 horas de retraso, alegando mi defensa le platique lo ocurrido, pero lejos de servir me perjudicó, el jefe ordenó que se me hiciera una prueba de antidoping pues pensó que seguramente yo había consumido alguna droga. El resultado fue ovbio…negativo. Renuncié a este empleo y aunque sigo manejando trailers, me niego a tomar de nuevo esa ruta.

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