Querida mamá: gracias por tanto

Escrito por el 8 mayo, 2016

Nuestras madres, además de darnos la vida y criarnos, son las personas más importantes, pues forman parte de nuestros recuerdos más bellos y su crianza nos ha permitido ser quienes somos hoy en día. Mi madre siempre ha sido incondicional, me apoya en todo y siempre está conmigo, pase lo que pase. Y es precisamente por eso que quiero agradecerle, sobre todo en este día tan especial.

Querida mamá:

Sé que apenas comiences a leer estas líneas brotarán las lágrimas de alegría. Que te ruborizarás. Que te sentirás orgullosa y amada. Y es precisamente lo mínimo que puedo hacer por ti, pues tú me has entregado los mejores momentos de mi vida y las alegrías más grandes. Y por eso quiero agradecerte.

Quiero darte las gracias por ser siempre la primera persona en apoyarme en todo. Por ser quien me motiva y me dice que las cosas no necesariamente llegan de inmediato, pero que sí vale la pena luchar.Por ser quien me aterriza y me pone los pies en la tierra, desde siempre. Incluso cuando era pequeña.

Quiero agradecerte por siempre estar ahí, en las buenas y en las malas. Dándome esa comprensión infinita, aún cuando no la merezco, y aún cuando no te quedan ganas ni de abrir los ojos. Y, créeme, te entiendo, sobre todo viniendo de ti, que has sido la mejor madre del mundo.

Quisiera que me alcanzara la vida para poder agradecerte todo lo que haces por mí a diario. Para poder retribuirte todo el cariño y comprensión que has tenido conmigo desde que supiste que me llevabas en tu vientre. Ojalá tuviera todo el tiempo del mundo para agradecerte por tanto, para disfrutar de tu compañía, aunque sé que la vida provoca que a veces tomemos distintos caminos, porque ya crecí y me convertí en la mujer que siempre quisiste que fuera, y por la que siempre luchaste y te esforzaste en darle una buena crianza.

Quiero agradecerte por cada vez que me regañaste, pues gracias a eso hoy en día sé qué es bueno y qué es malo y cómo debo actuar frente a la vida. Sé que lo hacías por mi propio bien. Porque querías que me convirtiera en una mujer fuerte y responsable. Y así fue cómo me enseñaste a ser.

Me enseñaste que en la vida nuestros seres queridos son importantes y que siempre debemos dedicarles tiempo. Me enseñaste el verdadero valor de la amistad y que siempre es importante ser leal con quienes más queremos. Me enseñaste a ser solidaria, a ayudar a los demás y tratar de mejorar el mundo en el que estoy.

Me diste la seguridad que necesité cada vez que alguien me criticaba o se burlaba de mí, y me hiciste comprender que no vale la pena escuchar las críticas que te hacen daño, sólo aquellas que buscan hacerte mejorar. Me enseñaste a mostrar mis aptitudes y hacerme valer frente a los demás. A luchar por mis sueños, por mis ideales y hacerme escuchar cuando fuese necesario. Me hiciste más fuerte.

Gracias por darme la vida. Por ser esa mamá única que siempre está presente para sus hijos y que jamás dudaría en apoyarlos y ayudarlos si fuese necesario. Gracias por defenderme y protegerme tantas veces. Gracias por corregirme, por enseñarme y por mostrarme cómo es la vida. 

Gracias por enseñarme a ser una buena persona. Gracias por alegrarte por mi felicidad y llorar por mis tristezas; por celebrar mis triunfos y por enseñarme a aprender de las derrotas.

Gracias por ser mi apoyo incondicional. Mi mamá-mejor amiga. Por contenerme, por aconsejarme y decirme la verdad cuando fuese necesario.

Gracias por ser la persona que eres.

Gracias por ser la mejor.

Gracias por ser tú, mamá. 


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