El ombligo, ¿para qué sirve?
Escrito por Janito el 25 noviembre, 2013
A los pocos días de nacidos, se marchita el pedazo de cordón umbilical que quedó pegado al cuerpo y aparece nuestra primera cicatriz: el ombligo. Esa depresión redonda que ocupa el centro del abdomen y que aparentemente no tiene mayor función es una zona del cuerpo que que ha adquirido una significación simbólica muy peculiar y durante años ha llamado la atención de los científicos.
Para las mitologías hindú y griega es el origen de la vida y en textos como La Biblia o Las mil y una noches hay varias referencias a esta parte del cuerpo. En la medicina se le ha encontrado un uso práctico ya que se utiliza como vía de acceso en las laparoscopias (técnica que permite la visión de la cavidad pélvica-abdominal con la que se realizan chequeos y cirugías abdominales).
Un reciente estudio realizado en la Universidad de Carolina del Norte encontró que el ombligo humano alberga más de 2000 especies de microorganismos entre los que se encuentran los responsables del olor corporal y los pertenecientes al género Bacillus que luchan contra hongos y virus. Una de las razones por las que se da esta concentración de bacterias es que muchas personas no dan importancia a la higiene del ombligo y no lo limpian con regularidad. Existen desde los que no lo hacen por simple desidia, hasta los que sienten aversión a esa marca. Una de las fobias más extrañas (pero que existe) es la Omfalofobia o miedo a los ombligos.
El ombligo también está asociado a la sexualidad. El área que va del ombligo al pubis contiene muchas terminaciones nerviosas convirtiéndola en una zona erógena por excelencia. Es además un símbolo de la sensualidad femenina por encontrarse en una zona caliente (entre los pechos y los genitales) que muchas veces se decora, adorna (piercings) o lleva al descubierto como elemento de atracción.