Qué es lo que más energía consume en una casa y cómo conseguir ahorrar

Escrito por el 24 noviembre, 2022

La subida de los precios de la electricidad ha hecho que cada vez más gente se pregunte qué se puede hacer para reducir el gasto y lograr pagar las facturas a finales de mes.

Hay cosas básicas como apagar la luz cada vez que se sale de una habitación. El bulo de que cuesta más estar encendiendo la lámpara de la habitación todo el tiempo es solo eso, un bulo.

Pero poca gente piensa en cosas como dónde colocar el frigorífico, el electrodoméstico que más consume de toda la casa.

A continuación te contamos los puntos clave del ahorro energético en el hogar.

Un buen aislamiento del hogar

Puede parecer una obviedad, pero tener unas ventanas que cierren correctamente o unas buenas cortinas puede hacerte ahorrar bastante en la factura de tu casa.

Uso eficiente de los electrodomésticos

«La segunda parte, que se lleva aproximadamente el 55% del consumo, son los electrodomésticos. Aquí es muy relevante comprar electrodomésticos con un alto nivel de eficiencia energética», indica el experto.

Usar electrodomésticos de clase A y hacer un uso óptimo de cada uno de ellos en casa es clave si queremos empezar a ahorrar luz en nuestros hogares.

Si tienes que cambiar algún electrodoméstico, elige aquellos con etiquetas energéticas más eficientes, como las A+, A++ o A+++. Aunque suelen ser más caros, a la larga es más económico.

«En cuanto al gasto energético, el electrodoméstico que más consume es el refrigerador, porque está más tiempo enchufado. Es el electrodoméstico en el que más nos tenemos que fijar en la eficiencia energética».

Para que la nevera tenga un funcionamiento óptimo es importante seguir estas recomendaciones:

Evita que acumule escarcha o hielo.

Mantén su parte trasera ventilada dejando un hueco entre la nevera y la pared para que pueda circular el aire y sin polvo.

Sitúala lejos de fuentes de calor como el horno y asegúrate de que no le dé la luz solar directa.

Evita introducir alimentos calientes que suban la temperatura del interior.

Coloca bien los alimentos, con espacio suficiente entre ellos para que el aire fluya y facilite el enfriamiento.

Por último, algo que puede parecer una tontería, pero en realidad no lo es: ábrelo lo menos posible para evitar la pérdida de frío.

Si no necesitas agua muy caliente, lavar la ropa a 40ºC en vez de a 60ºC supone un ahorro considerable en tu factura de la luz.

«Recomiendo usar los programas ecos más largos, que hacen que se gaste menos energía», indica el experto.

«Mientras, la secadora es un electrodoméstico que consume bastante energía y que en determinadas zonas no es necesario».

Evitar el «consumo fantasma»

Confiesa, ¿eres de los que apaga la televisión con el control remoto? La luz luminosa roja te delata.

Poco a poco, día a día, minuto a minuto se va escapando la electricidad.

Un simple gesto como desenchufar el aparato o conectar el cable a un multicontactos con un botón de encendido y apagado puede suponer un ahorro considerable de electricidad al final del año.

Lo mismo sucede con las computadoras, impresoras, el cargador del celular, equipos de música, microondas y router, entre otros muchos aparatos conectados permanentemente a la red eléctrica de nuestros hogares en lo que se conoce como falso apagado.

Cuando dejes de usar un aparato, apágalo del todo, no lo dejes en modo stand by, porque, aunque mucho menos, sigue consumiendo.

Hay que tener en cuenta, además, que cuanto más antigua es la televisión, más consume.

«Supone un ahorro significativo. Hemos cifrado que el consumo fantasma puede oscilar entre el 7 y el 10% del consumo anual de un hogar», declara García.

Sustituir los focos

Los focos tradicionales consumen una cantidad excesiva de electricidad, por lo que hay que reemplazarlas por otras que sean más eficientes.

Los focos incandescentes halógenas, las luces fluorescentes compactas (CFL) y las luces LED consumen entre un 25% y un 80% menos de electricidad y duran de 3 a 25 veces más que los focos tradicionales.

Aunque son más caras, a la larga salen rentables.

Baños cortos

Dúchate, no te bañes, e instala un cabezal de ducha que ahorre agua.

Una ducha de cinco minutos consume aproximadamente un tercio del agua de un baño.

Evidentemente, cuanta menos agua se utilice, menos energía se necesitará para calentarla y más bajas serán tus facturas de energía.

Ten los grifos en la posición de agua fría.

Este simple gesto permite ahorrar debido a que si mantenemos los grifos en agua caliente, cada vez que abramos un grifo, aunque sea dos segundos y no lleguemos a usar agua caliente, la caldera se va a encender automáticamente para calentar el agua.

La gran pregunta: ¿cuánto se puede ahorrar?

Llegados hasta este punto, puede que te estés preguntando cuánto se puede ahorrar siguiendo estas recomendaciones.

«Nosotros estimamos que con una eficiencia energética, es decir, sumando todas estas medidas, se puede llegar a ahorrar hasta un 30% de la factura», asegura el experto.


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