Sagas mexicanas a la caza de lectores jóvenes

Escrito por el 17 marzo, 2014

Ante el éxito de otras extranjeras, tres mexicanos llaman la atención  con historias cercanas a la juventud 

Tras resolver, junto con el teniente Guillén, el enigma de los siete esqueletos decapitados, y luego los escalofriantes y atroces asesinatos de diversos pianistas, Sergio Mendhoza, el protagonista de la pentalogía El libro de los héroes se adentra en una nueva aventura; Vanessa, la heroína de la trilogía Los dominios del Ónix Negro, vive su última aventura; y Lina Posada regresa al Mundo Umbrío, donde será acusada de traidora.

Los protagonistas de estas tres sagas literarias mexicanas son chavos que rondan entre los 14 y los 18 años, con intereses muy parecidos a los de cualquier lector de su edad, y habitantes de una ciudad que puede ser la nuestra; es decir, ellos llevan a los lectores a realidades fantásticas pero donde en el fondo subyace la realidad de este México del Siglo XXI.

Para mantener cautivos a los lectores jóvenes que se acercaron a la literatura con sagas extranjeras (Harry Potter y Crepúsculo), pero también para proponerles historias más cercanas a su realidad, las editoriales mexicanas han impulsado proyectos literarios de largo aliento que han comenzado a conquistar a los lectores que comúnmente acaparaba la literatura extranjera.

Se trata de historias mexicanas, con personajes mexicanos y realidades conocidas y cercanas a los jóvenes de este país, materiales que son opción ante la avalancha de sagas literarias extranjeras. Los tres autores y los tres proyectos literarios son analizados por el escritor y crítico literario Mijail Lamas.

“Actualmente, la literatura juvenil responde a una urgente necesidad del mercado editorial que exige obras que sean capaces de crear una identificación casi inmediata con el lector joven. Mediante una fórmula arquetípica definida por Joseph Campbell en su libro Héroe de las mil caras, estos autores crean universos distintos en los que se repiten algunos elementos: eventos sobrenaturales, misterio y secretos ancestrales. A través de éstos, un personaje, con características particulares, descubre su secreto destino, rematando la trama”.

El autor de Contraverano asegura que el hecho de adecuar las historias a escenarios conocidos y cercanos de nuestra realidad cotidiana refuerza la identificación del lector con la narración. “Estos tres autores son consistentes, en cada una de sus sagas, con las fórmulas que dicta el género, aportan elementos de nuestra identidad y cotidianidad. No obstante, gracias a su calidad literaria, estas obras han sido exitosamente publicadas en otros países y en otros idiomas”.

“Mundo Umbrío”

Con la trilogía Mundo Umbrío (SM) que tiene protagonista a una jovencita de 14 años, y que ha publicado Las dos muertes de Lina Posada y La traición de Lina Posada, de reciente aparición, Jaime Alfonso Sandoval ha estructurado su historia de 2 mil páginas como si ésta fuera una serie de televisión.

“Para sostener 2 mil páginas de historia debes de tener una trama, sub tramas, muchos personajes, una historia central, otras historias que la van alimentando y sobre todo crear un mundo, desde su pasado, qué comen, qué hacen, cómo viven, sus mercados, ciudades, sistema político, social, familiar, los gremios, sus dichos, modas”, dice.

El autor que estructura cada novela en las paredes de su departamento y utiliza un pizarrón, rotafolios y sobresitos de colores asegura: “En mi universo debo ser no verdadero sino verosímil”.

“El libro de los héroes”

Para Antonio Malpica no ha sido fácil, dice que al principio es la vanidad del “puedo hacer una saga”, luego, “en el camino te das cuenta que de sencillo tiene muy poco porque tienes que cuidar muchas cosas, muchos aspectos: argumentales, de personajes, de trama, sub trama y la única forma de salir bien parado es no tomarlo a la ligera”.

En su pentalogía (Océano) ha publicado Siete esqueletos decapitados, Nocturno Belfegor y hace unos meses El llamado de la estirpe. “Ya que voy en la tercera me siento un poquito más del otro lado, pero aun así sé que tengo que mantener un nivel, un respeto por los lectores, sí hay una cohesión argumental de cada uno de los volúmenes, quería que tuviera una línea argumental que abarcara los cinco libros”.

“Los dominios del Ónix Negro”

Adriana González Márquez no se propuso escribir una trilogía, sino que su historia fue creciendo. “Tenía el núcleo de la trama y poco después de que comencé a escribirla se me ocurrió el final y todo el inter fue fluyendo, te vas a dar cuenta que es un libro partido en tres porque si no hubiera sido un tomo de mil 500 páginas”.

Lo que tenía en un principio esa chica de Aguascalientes que ha publicado La conexión, La elevación y La unión -que está llegando a las librerías- (Montena) era la idea central, la premisa principal de realidades alternas, de la elegida, del uso del espíritu y de ahí fue surgiendo todo hasta llegar al final.

“Eso era lo más complicado, tratar de cerrar todo y que no quede ningún cabo suelto a menos de que sea a propósito; crear este universo paralelo no fue difícil pues nada más fue abrir la imaginación a lugares que te gustaría ir y aventuras que te gustaría vivir”, afirma.

Los tres autores coinciden en que hay un público potencial de lectores jóvenes que se interesan por historias de largo aliento, con realidades alternas, pero personales que van a colegios como ellos.

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