El arte idealizó la maternidad
Escrito por Janito el 12 mayo, 2012
Tenemos un gran reclamo que hacerle al arte, afirma la artista visual Mónica Mayer tras recordar que por siglos la pintura y la escultura han quedado en deuda con la mujer al representar la maternidad con una visión única: la idealizada, en torno de la cual no existe cuestionamiento alguno.
Inmaculadas, veneradas, madres de varones en la mayoría de los casos, abnegadas y, además, vírgenes…
En los siglos XVIII y XIX comenzó a cambiar esa lectura, pero fue en la segunda mitad del siglo XX, y en particular con el movimiento feminista, cuando el rol de la maternidad se vio desde otra perspectiva.
Y sin embargo, los cambios culturales no han llegado plenamente. La diferencia estriba en que hoy se expresan las inquietudes. Una prueba son los cientos de testimonios en las redes sociales de Facebook y Twitter en respuesta a la convocatoria de Pinto Mi Raya -integrado por los artistas Mónica Mayer y Víctor Lerma- para este viernes 11 de mayo, cuando a las 17 horas en el Zócalo Capitalino se hará la protesta del Día Después. La convocatoria, resultado de su Taller Permanente de Arte y Género, es respaldada por artistas, organizaciones sociales y culturales, al igual que investigadores, críticos y público.
Desde sus plataformas en Internet, al igual que en el evento que habrá mañana, se busca nutrir de respuestas una pregunta: “¿Qué es una maternidad secuestrada?”
En Facebook, María responde al respecto: “una maternidad secuestrada es una maternidad preconcebida, predispuesta, predestinada, predicada, prefabricada, precedente, prematura, prejuiciada, presupuesta, prevaleciente, prevista, preocupada, prepotente, presentada, preservada, presionada, prensada”.
Para Liliana “es que los publicistas insistan en utilizar sólo imágenes de mujeres para vender electrodomésticos o artículos de limpieza para el hogar, y que estos comerciales vayan siempre dirigidos a ellas”.
Alguien lo ve así: es que “desaparezcan a tu hijo o a tu hija y ninguna autoridad pueda dar respuesta”.
En cambio, para Rosa es “que te miren raro cuando dices que antes que tu carrera están tus hijos, porque los tuviste, porque los deseabas y no es sacrificio ser mamá”.
Feminismos Nuestroamericanos lo ve así: “Maternidad secuestrada es el ‘Brindis del bohemio’ (de Aguirre Fierro) y ‘Madre sólo hay una’ (de Juan Gabriel).” Y Elizabeth: “Es no poder pasar tiempo con mis hij@s xq tengo q trabajar jornadas de 12 horas. Es tener hijos para ser ante la sociedad una familia normal”.
Lo que hacen los artistas
Con Pinto mi Raya se sumarán al performance, entre otros, Ana Victoria Jiménez, Minerva Valenzuela, Ina Riaskov y Rotmi Enciso; las organizaciones Movimiento de Caderas, Atrévete Hollaback, Madres buscando a sus hijos e hijas y buscando justicia.
Mayer explica la propuesta: “Dejamos un día para celebrar el día de la madre, que es el mito en toda la extensión de la palabra, y 364 para cuestionar todo lo que hay alrededor de esa construcción social que no sólo es la cuestión biológica sino lo que se ha impuesto como rol a la mujer. Alrededor de la maternidad está lo que llamamos maternidad secuestrada que es toda maternidad que no es libre y gozosa, o sea un montón: desde obligar a una niña violada a que tenga el producto de esa violación, hasta chavas sin educación sexual que no pueden decidir libremente si quieren ser madres; también está la presión para la mujer de llegar a cierta edad y que se tenga que casar”.
Mayer describe que convocaron a artistas y activistas que han escrito del tema para formar una red más amplia: “me interesa que haya un trabajo entre activistas y artistas, que nos integremos más a lo político”.
La misma Mónica Mayer en los años 70 propuso acciones alusivas al tema, como la obra Madres, creada con Maris Bustamante, cuando integraban Polvo de Gallina Negra; para esa obra, entre otras acciones, ambas artistas decidieron embarazarse.
Karen Cordero, profesora en Departamento de Artes de la Universidad Iberoamérica, coincide con Mayer en que las representaciones religiosas dominaron en el mundo del arte durante siglos.
“Como casi todas las representaciones a lo largo de la historia del arte, las de la maternidad han sido construidas desde la perspectiva del poder; aunque no siempre fueron hechas por hombres, las reproducciones canónicas han sido desde la perspectiva masculina, un ideal de la maternidad. Y se han utilizado como signo para fijar esa función de la mujer, madre con hijos chicos en una especie de relación idílica ¿cuándo vemos en estas pinturas a una madre con su hijo adolescente?” Se trata, dice la historiadora del arte, de fijar la representación para que cumpla la función de construir cierta identidad femenina que en últimas no corresponde a lo que existe en realidad.
Ana Victoria Jiménez, editora, investigadora y feminista, ha formado un archivo que guarda la Universidad Iberoamericana. En 1971 captó una de las primeras acciones de grupos feministas que abordaron el tema de la maternidad, un evento en el Monumento a la Madre, convocado, entre otras, por Martha Acevedo.
“En el arte de los 70 y el actual se ha permitido a las mujeres expresar su experiencia personal, es el caso de obras de Mónica Mayer o de collages de Magali Lara. Ellas y otras trataron la maternidad con una crítica a ese mito de que no hay dolor, de que es lo más anhelado, pero el dolor del parto, el tener cinco hijos y criarlos en una sociedad patriarcal no es tan fácil, y más ahora donde ellas son padre y madre, y hacen todas la actividades”, describe Jiménez.
En su opinión, lo que hoy ha pasado es que aquellas demandas del pasado se ampliaron con otras demandas, personas y organizaciones, como la lucha contra violencia, la violación y el hostigamiento.
Para la maestra Karen Cordero, “en los últimos 40 o 50 años se ha dado en el arte y la literatura una búsqueda para crear y tomar en cuenta la perspectiva de la mujer, sea o no el Ideal de la mujer. Existen nuevas representaciones que muestran otras miradas sobre la maternidad”. Cita por ejemplo el trabajo de 2011 de Lorena Wolffer, Familias naturales, o la pintura El aborto, de Frida Kahlo, de 1932, excepcional en su época.
Cordero ha llevado puesto esta semana a sus clases el mandil que representa el performance de la protesta del Día Después.
“La idea es que en este ámbito académico provoca un cuestionamiento entre colegas y alumnos, entonces permite platicar de otras posibilidades de la madre, abrir la posibilidad de que las mujeres y los hombres libremente eduquen cuiden a los niños, decidan si los tienen o no. Se trata de no privilegiar un aspecto como modelo imperante…”.
El performance se realizará a las 17 horas con la lectura de las definiciones de la maternidad secuestrada; los artistas y activistas que crearon el proyecto irán vestidos con el delantal morado en el que se lee “No a las maternidades secuestradas”.