Día de Muertos: Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad
Escrito por Janito el 8 noviembre, 2016
La declaratoria señalaba algo más que los mexicanos sabemos muy bien: “Ese encuentro anual entre las personas que la celebran y sus antepasados, desempeña una función social que recuerda el lugar del individuo en el seno del grupo y contribuye a la afirmación de la identidad…”
Porque en el Día de Muertos –que afortunadamente no se trata de una tradición amenazada o en vías de extinción, aunque sí viva y en constante enriquecimiento– los mexicanos nos reencontramos con todo aquello que nos hace ser nosotros mismos: nuestra familia, nuestras costumbres, nuestras creencias, nuestros afectos y lo que más nos gusta, felices, haciéndole chanzas a la muerte.
- Una celebración a la muerte
Una noche para compartir con los muertos
Muchas familias mexicanas tienen la costumbre de ir a cenar al cementerio la noche del 1 al 2 de noviembre, para estar cerca de sus muertos queridos. Además de comida, bebida y flores, se lleva serenata con mariachis a los difuntos, se canta, se come y se comparte en un ritual alegre y muy peculiar, desprovisto de la solemnidad que acompaña a la muerte en otras culturas.
- Por una noche, muertos y vivos se reúnen