Dr. Atl, Obras Maestras

Escrito por el 1 enero, 2012

El Dr. Atl realizó –a cada trazo– amenas narraciones geográficas que
describen la inmensidad y perfección de la hidrografía y orografía
mexicana de principios y mediados de 1900. Detalles y peculiaridades del
paisaje antes de la llegada de la civilización, la modernidad y la
tecnología que ni los ojos cuarentones alcanzaron a ver, y que las
memorias de más de 50 años podrían recordar con vaguedad.

Lenguas de fuego, nubes de humo, devastación del paisaje y pánico
social… ¿El apocalipsis?, ¿el infierno de Dante?, ¿la tercera guerra
mundial?, ¿las profecías de Nostradamus? No, más bien el nacimiento de
un volcán, del Parícutin en Michoacán, el más joven del mundo –de apenas
68 años de edad– que Gerardo Murillo (1875-1964), alias el Dr. Atl (del
náhuatl “agua”), narró y documentó gráficamente a través de magistrales
pinceladas. Y que inmortalizó a través de inconfundibles paisajes.

El Dr. Atl realizó –a cada trazo– amenas narraciones geográficas que
describen la inmensidad y perfección de la hidrografía y orografía
mexicana de principios y mediados de 1900. Detalles y peculiaridades del
paisaje antes de la llegada de la civilización, la modernidad y la
tecnología que ni los ojos cuarentones alcanzaron a ver, y que las
memorias de más de 50 años podrían recordar con vaguedad.

Uno a uno, los cuadros reseñan los paradisiacos paisajes que
habitaron el suelo mexicano y que el progreso se llevó con la
deshidratación de ríos y la ocupación-invasión de montañas con fines
habitacionales, productivos, laborales, administrativos y de “utilidad
pública”, que hoy podrían representar una cartografía de la desolación y
la nostalgia natural por su ausencia.

La muestra está ordenada bajo cinco ejes: formación y
experimentación; paisajes del Valle de México, forma curvilínea;
volcanes; y “aeropaisajes”.

El Dr. Atl pasó largas temporadas en el Popocatépetl, en el
Iztaccíhuatl y en el Pico de Orizaba. De hecho, participó del nacimiento
del volcán Paricutín, registrando este hecho en pinturas –a las cuales
dedicó ochos años– que más tarde se expusieron en Bellas Artes y en el
libro “¿Cómo nace y crece un volcán?”, publicado en 1950.

El Paricutín (en purépecha Parhíkutini, ‘lugar al otro lado’) nació
el 20 de febrero de 1943. Considerado como una maravilla natural del
mundo, y el volcán más joven del planeta, es el único que cuenta con
acta de nacimiento: fue registrado por el pueblo al día siguiente de su
primera erupción y expedido su certificado por las autoridades
municipales de Parangaricutiro.

En los cuadros se puede apreciar la innovaciones en la plástica del
Dr. Atl, tales como la perspectiva “curvilínea”, que confiere mayor
dimensión a las piezas; los “art colors”, mezcla de cera, resina y
petróleo con el óleo, con los que logró una pintura muy atractiva; y los
“aeropaisajes”, nuevas visualizaciones que plasmó gracias al préstamo
de helicópteros y avionetas de Pemex, realizados una vez que dejó de
escalar (debido a la amputación de la pierna derecha que se le gangrenó
por la inhalación de los tóxicos del volcán Parícutin).

La exposición “Dr. Atl, Obras Maestras” es una oportunidad de conocer
el Valle de México antes de la saturación poblacional, el desordenado
desarrollo habitacional, la irrupción en cauces de lagos, ríos, cerros y
montañas, antes de la edificación y consolidación de la ciudad. Cuando
los palacios convivían con la naturaleza.

Av. Ricardo Flores Magón 1

Esquina con Eje Central Lazaro Cardenas

Col. Nonoalco Tlatelolco

Horario: Martes a domingo de 10:00 a 18:00 horas.

Centro Cultural Universitario Tlatelolco


Opiniones

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos obligatorios están marcados con *



Continuar leyendo

Post Siguiente

Hugo


Miniatura
[No hay estaciones de radio en la base de datos]