La suerte de llamarse Nintendo
Escrito por Janito el 11 junio, 2011
La empresa fundada en 1889 ha sobrevivido cambios en su modelo de negocio y revoluciones electrónicas. Y este martes en E3 -la convención de videojuegos más importante del mundo- mostró con su Wii U (la segunda generación de su consola) que aún apuesta por la innovación.
Pero con un mercado lleno de competencia y con un panorama que apunta más hacia los dispositivos móviles y menos hacia las consolas de videojuegos, los nubarrones que se ciernen en el horizonte pueden hacer que la compañía decida, al menos por una vez, no dejar su destino al azar que dicta el cielo.
De las cartas a la sorpresas
A finales del siglo XIX Nintendo se dedicaba a fabricar “Hanafuda”, un juego de cartas o barajas con los meses del año cuyo objetivo es acumular puntos. El que más tiene gana.
El juego es tan popular en Japón que a la fecha la empresa tecnológica aún produce en el país una gran variedad de estas tarjetas que vende en el mercado interno.
Quizá gracias a ese espíritu juguetón la empresa se aventuró por distintas avenidas empresariales -incluyendo una cadena de hoteles “de amor”- hasta sumergirse en 1974 en el mundo de los videojuegos.
Primero como distribuidor de títulos y después como fabricante de consolas y videojuegos, Nintendo descubrió que el que pega primero, pega dos veces.
Más allás de la creación del Nintendo Entertaiment System (conocido como NES) que catapultó su éxito en la década de los ochenta, el gran acierto de la empresa fue el contratar a Shigeru Miyamoto.
El estudiante japonés creó el juego Donkey Kong y de ahí un pequeño personaje secundario llamado Mario saltó a la fama. El plomero italiano se convirtió en el ícono de la empresa y su padre -Miyamoto- en uno de los personajes más reconocidos de la industria.
Nada parecía que detendría a la compañía a pesar de la fiera competencia que se desató en la década de los noventa entre ella, Sega y Sony por el control del mercado.
Con su consola Nintendo 64 las huestes de Miyamoto apostaron por lo que en aquella época parecía tercera dimensión dando profundidad a los videojuegos. Pero el éxito se detuvo.
El lanzamiento de su GameCube dejó rezagado al sello acostumbrado a liderar . Su producto no respondió a las expectativas y los consumidores comenzaron a mirar más a Sony y su PlayStation 2,
Y a pesar de que Sega se había quedado en el camino, un nuevo rival apareció en el horizonte: Microsoft con su Xbox.
Los analistas comenzaron a dar por muerto a Nintendo mientras hablaban de las nuevas apuestas de Sony y Microsoft. Pero la empresa resucitó de entre sus cenizas y sorprendió a propios y extraños con su Wii.
La consola interactiva tenía un elemento nuevo: era simple, sencilla y atraía a quienes no eran considerados jugadores tradicionales, particularmente al mercado femenino.
Las ventas explotaron y la compañía recuperó su posición en los pedestales. Pero la novedad también se gasta y unos años después del lanzamiento las ventas comenzaron a caer abruptamente en favor del PlayStation 3 de Sony y el Xbox 360 de Microsoft.
Sus rivales renovaron sus consolas incluyendo nuevas opciones y características como Move o Kinect, respectivamente. Mientras, Wii siguió siendo Wii.
¿Una nueva revolución es suficiente?
Según cifras de las propias compañías Wii ha vendido cerca de 80 millones de consolas por 50 millones de Xbox 360 y 50 millones de PlayStation 3. Pero el liderazgo está disminuyendo.
Las ganancias netas de Nintendo cayeron 74% el año pasado y las ventas de su consola estrella disminuyeron 32%, de acuerdo con la empresa de análisis IHS.
La empresa también ha experimentado fama y fortuna en el terreno de los dispositivos portátiles desde la creación del GameBoy hasta el lanzamiento de Nintendo 3DS, pasando por algunos desaciertos como el DSi.
Pero es en dicho terreno donde más desafíos y nubarrones enfrenta. La explosión de los teléfonos inteligentes y las tabletas están haciendo que los consumidores abandonen los productos tradicionales de videojuegos en la mano, para enfocarse hacia la nueva tendencia.
En 2009, Nintendo tenía el 70% del mercado portátil de entretenimiento. En 2010 se redujo a 57% -según Furry Analytics- contra un 34% de mercado combinado de Apple y Google. Se espera que las cifras para este año sean aún más bajas.
No es de extrañar entonces que la empresa haya decidido apostar una vez más por la sorpresa y la innovación para tratar de resarcir los daños.
Wii U es innovadora y sorprende. Un control con pantalla táctil, conexión a internet, y que puede esconder información a los contricantes parece una buena idea.
Pero dos grandes obstáculos se pueden interponer en su camino: el precio y la facilidad de uso.
La primera generación de Wii tuvo esas dos características como arma secreta: era barata y fácil de usar.
Wii U puede repetir el éxito de su hermana mayor o recordar a aquel ancestro llamado GameCube.
Nintendo intentará demostrar que sigue escribiendo su propia suerte y que aún guarda bajo la manga una de esas tarjetas que fabrica desde hace más de 100 años.
¿Lo logrará?