¿Por qué las mujeres jóvenes y las adolescentes son las principales víctimas del VIH?

Written by on 14 noviembre, 2016

En 2015 había casi 18 millones de mujeres mayores de 15 años viviendo con VIH, lo que representa el 51% de la totalidad de personas contagiadas con el virus.

Los datos de la organización de Naciones Unidas que se dedica a los temas que conciernen al género femenino también indican que las adolescentes y las mujeres jóvenes se encuentran en particular riesgo de contraer la enfermedad.

Estadísticas compiladas por el organismo internacional para ese mismo año revelan que las más de 2 millones de jóvenes diagnosticadas con la condición representan el 60% del total de personas con VIH en el rango etario que va de los 15 a los 24 años.

Esto implica que, en comparación con sus pares masculinos de la misma edad, las chicas tienen una prevalencia mucho mayor.

Adicionalmente, 58% de las nuevas infecciones de VIH detectadas el año pasado, ocurrieron en mujeres con menos de 24 años.

Las mismas posibilidades de contagio (en teoría)

Según el programa “La ONU con nosotros”, que tiene el objetivo de reducir el efecto del VIH en el lugar de trabajo, muchas mujeres se han contagiado en relaciones heterosexuales y, con mucha frecuencia, estando casadas.

En 2015, casi 18 millones de mujeres a nivel mundial estaban viviendo con la enfermedad.

Un estudio realizado por la Escuela de Medicina Tropical e Higiene de Londres en Kenia y Zambia (África sigue siendo el epicentro de la epidemia), con el objetivo de entender la diferencia en la prevalencia de la enfermedad entre hombres y mujeres jóvenes de la misma edad, refiere algunos datos.

La presencia de la enfermedad en mujeres fue mucho mayor que en los hombres, incluso cuando ellas indicaban que solo habían tenido una pareja y relaciones sexuales con muy poca frecuencia“.

Esto pese a que, en teoría, tanto varones como hembras tienen las mismas posibilidades de contagiarse.

La ONG británica Avert, dedicada a la concientización acerca del VIH y el sida, explica que los menores de edad son vulnerables a la enfermedad en dos etapas de su vida.

“La primera es la posibilidad de la transmisión de madre a hijo. En la segunda década, la adolescencia llega con nuevos riesgos que propician el contagio”, indica su sitio web.

Y se añade: “Por lo general, están relacionados con comportamientos riesgosos como el sexo sin protección o el consumo intravenoso de drogas”.

¿Por qué?

Hay una serie de factores biológicos, sociales, culturales y económicos que contribuyen a la diferencia de estadísticas entre ambos sexos en el rango etario de menos de 24 años.

  • Violencia

Según Naciones Unidas, las agresiones que sufren las mujeres y las niñas aumentan su riesgo de contraer el VIH.

A nivel mundial, una de cada tres mujeres ha sido violada, golpeada o forzada a tener relaciones sexuales.

Este tipo de agresiones eleva las posibilidades de contraer una infección porque el acto violento puede causarle daños a la pared vaginal, lo que permitiría que el semen infectado entrara en contacto directo de manera más profunda.

Además, el sexo forzado impide que la mujer pueda insistir en el uso de un condón.

La violencia y las relaciones forzadas aumentan el riesgo de VIH.
  • Matrimonio infantil y aspectos económicos

Un estudio publicado en la revista de la Sociedad Internacional del Sida, acerca del control de la epidemia del VIH entre adolescentes y mujeres jóvenes, refiere que uno de los factores que explica la vulnerabilidad de este grupo poblacional tiene que ver con una gran brecha de edad.

Este punto se ha estudiado en varias oportunidades en África, en donde la prevalencia de VIH en las jóvenes, es incluso mayor: 8 veces más que sus pares masculinos.

El estudio refiere que las relaciones de pareja en las que hay una gran disparidad de años, y en las que el hombre es mucho mayor que la mujer, tiene que ver en esta situación. Es muy probable que esos hombres estén viviendo con el VIH, lo que aumenta el riesgo para las jóvenes.

Además, para las chicas en esa posición es muy difícil negociar el uso del preservativo porque la relación de poder es muy dispareja. Suele ocurrir que el hombre le ofrece dinero o regalos y que la mujer tiene la presión de generar ingresos para ella o su familia.

  • Desigualdad legal

En 2014, se reportaron casos de países en los que se habían introducido mecanismos legales que dificultaban el acceso de niñas y jóvenes a servicios de prevención del VIH, a tratamientos y a centros de apoyo, según la ONG Avert.

Otro aspecto que dificulta la situación para las jóvenes es que, en muchos países, existe el consentimiento paterno obligatorio para poder acceder a servicios de salud relacionados con la enfermedad.

  • Biología

El tracto femenino genital, según refiere el programa “La ONU con nosotros”, tiene una superficie de exposición mayor que el tracto genital masculino, lo que hace que las mujeres sean más propensas a la infección.

Y para las jóvenes es incluso peor porque el útero todavía está inmaduro.


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