Los mexicanos no podemos vivir sin comer Chile

Escrito por el 10 febrero, 2016

La causante de nuestro inexplicable gusto por el picante es la capsaicina, la sustancia activa del chile. Ésta estimula las neuronas sensoriales que regularmente responden al dolor.

La mexicana Diana Lizárraga Chávez, Doctora y Maestra en ciencias por el Instituto Politécnico Nacional, lo explicó al diario El País de la siguiente forma:

“Dicha estimulación produce la liberación de opioides y endorfinas que neutralizan el dolor, detienen la liberación de la Sustancia P, neurotransmisor asociado con el dolor, y de esta forma se percibe una sensación de placer y de alguna forma un grado de adicción”

“Lo que pasa es que relacionan el placer de comer con ese ardor en la boca y por eso la comida sin picante la sienten sin chiste. De cierto modo se puede considerar un tipo de masoquismo culinario”.

Pero además de todo eso, el chile para nosotros es un símbolo, vivimos en una región donde existen alrededor de 100 tipos de chile diferentes. La zona de Mesoamérica es una región en donde la combinación de altura y clima favorecen el cultivo del picante.

El comer chile también es un hábito sociocultural, lo aprendiste desde niño cuando veías a tu padres y es parte de encajar en la sociedad. Incluso una de las primeras pruebas que tienen los extranjeros cuando llegan a México y que se quieren integrar a nuestra cultura es ingerir el picante.


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