10 Experimentos Psicológicos

Escrito por el 26 enero, 2014

¿Por qué actuamos de la manera que lo hacemos? Es una pregunta que la psicología lleva años haciéndose.

Mucho de lo que sabemos de la mente humana se descubrió gracias a experimentos que se hicieron durante el siglo xx, de los cuales mencionaremos diez, que ayudaron a obtener información sobre el comportamiento humano.

Violinista en la estación del metro

¿Crees que eres capaz de detenerte y apreciar la belleza que hay a tu alrededor? De acuerdo con un estudio realizado en 2007, la respuesta es no. Para este experimento, el famoso violinista estadounidense Josh Bell se disfrazó de músico callejero y tocó en el metro de Washington DC para ver cuánta gente se detenía a escucharlo. A pesar de que estaba tocando un violín de casi cuatro millones de dólares, hecho a mano, y que agota las entradas —de más de cien dólares por lugar— para cada uno de sus conciertos, muy poca gente se detuvo a apreciar su música; sólo una persona lo reconoció, y Bell únicamente, obtuvo 32 dólares en un día.

La teoría de la diversión

De acuerdo con un experimento patrocinado por Volkswagen, cuando una actividad aburrida y monótona es diferente, el comportamiento de la gente puede cambiar. Para comprobarlo, a una escalera del metro de Estocolmo —que había dejado de usarse al instalarse unas escaleras eléctricas a un lado—, le pusieron teclas de piano en los escalones para ver si más gente estaba dispuesta a subirlas. Ese día, 66 por ciento más personas utilizaron las escaleras convencionales, lo que demuestra que, cuando una actividad es divertida, la gente está dispuesta a cambiar su comportamiento.

El experimento Milgram

Desde que somos pequeños se nos acostumbra a obedecer a figuras de autoridad. Por eso, en 1961, el psicólogo Stanlye Milgram realizó un experimento en la Universidad de Yale. El fin de la prueba era medir la disposición de un participante para obedecer las órdenes de una autoridad aunque entrara en conflicto con su conciencia personal. Su idea era demostrar que la obediencia puede ser peligrosa y que una persona podría lastimar a otra únicamente porque alguien con mayor autoridad se lo pedía. En el experimento, las personas tenían que jugar el rol de profesor y administrar choques eléctricos a sus “alumnos” por cada mala respuesta.

Después de administrar los choques eléctricos, los profesores podían oír los gritos de dolor —fingidos— provenientes de los alumnos que estaban del otro lado de la habitación. A pesar de eso, muchas personas continuaron con el castigo, ya que el encargado del experimento se los pedía. Muchos estudios similares se han hecho desde entonces, y todos demuestran que la mayoría de la gente está dispuesta a hacer a un lado su moralidad, con tal de obedecer a alguna autoridad.

El efecto espectador

Acostumbramos pensar que cuando nos pase algo que ponga en riesgo nuestra vida lo mejor es que sea en un lugar lleno de personas para que alguien nos ayude, ¿pero realmente sería lo mejor? Un experimento realizado en Londres reveló lo contrario: estar rodeado de gente no garantiza la ayuda. Se trata de un fenómeno psicológico llamado Efecto espectador —Bystander Effect—, que afirma que la gente está más dispuesta a ayudar cuando hay pocos o ningún testigo. Cuando hay más gente, se suele creer que alguien más ayudará. Los científicos llaman a esto difusión de responsabilidad, y comprueba que la mayoría de las personas suele seguir con su camino a pesar de ver que alguien está en problemas, esperando que otro se responsabilice.

La conformidad de Asche

En los años 50, un psicólogo apellidado Asche realizó un experimento muy simple: en un cuarto juntó a varias personas, de las cuales algunas eran actores contratados y sólo una era común y corriente. El ejercicio consistía en mostrarles hojas con rayas de diferentes tamaños y preguntarles cuál era la más grande —obvio a simple vista—, pero los actores contestaban mal a propósito con la intención de confundir a la persona y analizar su comportamiento. ¿Qué sucedió? El sujeto en cuestión respondió lo mismo que los actores, sabiendo que era incorrecto, sólo para estar de acuerdo con el resto de las personas reunidas. El estudio demuestra que la gente se conforma con lo que opine un grupo con tal de jugar un rol dentro del él, cediendo a la presión social para evitar la crítica y por temor a la equivocación.

El experimento de la prisión de Stanford

Éste es considerado uno de los experimentos más antiéticos de la historia. La intención de este estudio fue analizar el comportamiento de las personas en una cárcel simulada, para lo que, en 1971, se construyó un set de cárcel en el sótano de esta universidad, en la que 24 personas, previamente seleccionadas, jugarían el rol de prisioneros o guardias de prisión durante dos semanas. Los hombres elegidos se adaptaron tan bien a sus roles que, a los pocos días, se empezaron a torturar psicológicamente. Incluso el doctor Phillip Zimbardo, director del experimento, —que además era guardia de prisión—, se dejó llevar por su rol al permitir los abusos a los prisioneros. Se ordenó que el experimento se cancelara después de seis días debido a su intensidad, pero logró probar que cuando se le da mucho poder a una persona, puede ir en contra de sus principios.

Experimento social

La cerveza Carlsberg, en un intento por realizar una activación novedosa, terminó haciendo un experimento psicológico. Este estudio demuestra cómo la gente se predispone a otros sólo por su apariencia física. Para comprobarlo, llenaron una sala de cine con motociclistas, de aspecto físico rudo y poco amigable, dejando sólo dos butacas vacías al centro de la sala. Las parejas que entraban al cine podían decidir si irse o quedarse. El resultado demuestra que, en el siglo xxi, la gente sigue juzgando a los demás por su apariencia.

El niño perdido

Está demostrado que la gente no pone atención sobre lo que pasa a su alrededor. Para comprobarlo, hace algunos años se hizo un experimento en Nueva York, ee. uu.: en la entrada y al interior de una tienda con mucha afluencia se colocaron carteles con la información y la foto de una niña desaparecida. Algunas personas se detuvieron a mirarlo, mientras que otras sólo le echaron un vistazo, y hubo quienes ni siquiera lo vieron. La niña estaba adentro de la tienda, con un hombre de apariencia extraña, y aunque la mayoría de la gente no la vio, la que sí la reconoció no intentó ayudarla, siendo sólo tres personas las que se comunicaron con la policía. El estudio comprobó que la mayoría de la gente tiende a pasar por alto muchas de las cosas que la rodean.

Los monos de Harlow

Si hay que agradecerle a alguien por haber tenido una infancia amorosa y llena de afecto es al científico Harry Harlow, quien, en la década de los 60, durante una serie de experimentos controversiales, demostró la importancia que tiene el cariño de una madre para el desarrollo de un niño. Harlow tomó a un par de monos de tan sólo horas de nacidos y los separó de sus madres, dejándolos con madres sustitutas. Una de ellas estaba hecha de metal, con un bote de comida para que los monos pudieran comer; la otra estaba hecha de tela de toalla, muy suave, pero sin alimento. El resultado fue que los monos pasaron más tiempo con la mamá de tela que con la de metal, probando que el afecto juega un papel más importante que el sustento, cuando se trata del desarrollo de un niño.

El accidente automovilístico

Según un estudio realizado en 1974, los recuerdos pueden ser manipulados a través de las palabras. O al menos así lo demostraron Loftus y Palmer con su experimento del accidente automovilístico, en el que a varios sujetos —divididos en dos grupos— les pasaron imágenes de un choque y les hicieron las mismas preguntas, pero utilizando distintas palabras. A los dos grupos se les pidió que contestaran a las interrogantes, describiendo lo que habían visto como testigos del choque. El experimento encontró que el uso de diferentes verbos afectaba los recuerdos del accidente, comprobando que la memoria puede ser distorsionada.

Algarabia.com


Opiniones

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos obligatorios están marcados con *



[No hay estaciones de radio en la base de datos]