¿Funcionan diferente el cerebro de los hombres y las mujeres?
Escrito por Janito el 19 diciembre, 2019
Antes de que nos demos cuenta, comenzaremos asociar el azul con lo masculino, y lo rosa con lo femenino.
¡Por que para los hombres es más fácil leer un mapa y las mujeres son mejor para el multitasking? La respuesta que se han dado radican en estudios científicos que evalúan las diferencias en cuanto al paso de la mujer y las conexiones neuronales; resultados que contemplan el contexto.
Pero ¿La diferencia entre una actitud u otra, es decir leer mapas o hacer multitareas?, es una actitud de nacimiento o adquirida. Si respondemos pensando que a los niños les damos legos y a las mujeres juegos de te ¿podemos tener una respuesta? Parece que si.
Las científicas Ginna Rippon y Daphna Joel han tratado de dar respuesta a esta pregunta ¿el cerebro tiene sexo? A lo que responde Fernanda Perez-Gay Juarez
«Si consideramos que el cerebro esta hecho de neuronas, si podríamos decir que tiene sexo, y esta determinado genéticamente por el ultimo par de cromosomas en el ADN celular -XX ó XY-. El sexo es una variable biológica, y fuera de algunos desordenes hormonales, determina la fisiología del cuerpo con que nacemos».
«El sistema endocrino producirá distintas hormonas dependiendo del sexo, y estas hormonas determinan la diferenciación de loas aparatos genitales, la masa muscular, la altura y la distribución de grasa y cabello. Siguiendo esta linea, es natural preguntarse si el sexo biológico -y su perfil hormonal- tiene algún efecto en el cerebro».
¿El cerebro define las actitudes «femeninas» y «masculinas»?
Algunos estudios sobre el cerebro han establecido las diferencias entre hombres y mujeres por el tamaño y peso; variables independientes a las habilidades entre hombres y mujeres.
Al respecto, Daphna Joel justifica la idea de un cerebro estrictamente dimórfico, en que se ha tipificado estas características como «masculinas» o «femeninas». Es un hecho que los cerebros tienen diferencias, pero estas no determinan las tareas que pueden realizar tanto hombres como mujeres.
Pérez-Gay señala que para interpretar la información que reciben los sentidos, el cerebro debe de generar una serie de predicciones, influidas por la experiencia previa. El género que se nos asigna al nacer, según nuestro sexo biológico, viene acompañado de una serie de reglas de conducta y aprendizajes sociales que permearán desde muy temprano nuestra forma de ver el mundo.
Antes de que nos demos cuenta, comenzaremos a asociar el azul con el masculino, y el rosa con lo femenino. Las ideas de que los cerebros de las mujeres y los hombres son diferentes surgió antes de que se iniciara investigaciones sobre el sistema nervioso. Sin embargo, se utilizo como justificación para mantener los roles sociales que dejaban las tareas de cuidado a las mujeres y las de intelectualidad, política y ciencia a los hombres.
Los autores concluyeron, a partir de sus datos, que el cerebro de los hombres facilita la conexión entre percepción y acción mientras que el de las mujeres facilita la comunicación entre procesamiento analítico e intuitivo, una interpretación sesgada por el estereotipo hombres-acción/mujeres-intuición.
La visión de Joel es más consistente con la definición actual del genero, un constructo social compuesto por características y conductas «femeninas» o «masculinas» que se entienden mejor como un continuo que como una variable binaria y que no siempre corresponde al sexo biológico. En este y otros temas, los avances mas recientes de la neurociencia muestran que nuestras categorizaciones binarias, por útiles que sean, son en realidad una simplifican de la realidad.