Los Reyes Magos, ni eran reyes ni eran tres, ni eran magos
Escrito por Janito el 6 enero, 2013
Muchas veces se celebra una tradición sin saber su significado, cada cosa que se realiza ese día, tiene una importancia y un porqué, que se deben de conocer y seguir, ya que forman parte de una cultura por ello quiero hacer referencia a lo que explica el historiador italiano Franco Cardini, autor del libro “Los Reyes Magos, Historia y Leyenda.” Los Magos de Oriente que fueron a Belén a adorar a Jesús, no eran Reyes ni eran tres, y ni siquiera viajaban en dromedario, sino que todas estas singularidades les fueron atribuidas en interpretaciones teológicas posteriores al evangelio.
El historiador Franco Cardini resalta que el único evangelio de los cuatro canónicos que hace referencia a estos populares personajes es el de San Mateo. El evangelista se limita a consignar que «unos magos que venían del Oriente», sin especificar cuántos, se presentaron en Jerusalén conducidos por una estrella, que señalaba el nacimiento del Rey de los Judíos. Los historiadores consideran que, con el término «mago», San Mateo se refería a astrólogos o sacerdotes persas que profesaban el mazdeísmo, la religión de Zaratustra. El evangelio de San Mateo especifica también que los magos ofrecieron al niño Jesús como presentes oro, incienso y mirra. A partir de aquí, explica Cardini, «el número de tres magos se fija bastante rápidamente» entre los Padres de la Iglesia, dado que «se hace una relación entre el número de regalos y el número de magos» No obstante, hasta entrado el siglo V, en algunos escritos seguían hablando aún de cuatro magos.
El primero que convirtió en Reyes a los magos fue Tertuliano, quien descubrió en el Antiguo Testamento, concretamente en los Salmos de David, un pasaje que aseguraba que unos Reyes acudirían a ver al Mesías poco después de su nacimiento. El tratamiento de Reyes era mucho más aceptable para los teólogos que el de Magos que «se asociaba con nigromantes o brujos». San Agustín, por su parte, determinó que los Reyes habían llegado hasta Belén montados en dromedarios para salvar una incongruencia temporal. «Según la tradición cristiana occidental, la estrella subió al cielo en el momento en que Jesús nació, el 25 de diciembre, y los Reyes llegaron desde Asia a Belén en 13 días, lo que es difícil de creer para la época y las distancias incluso en la actualidad». Ante esta contradicción y haciendo eco de un evangelio apócrifo que aseguraba que los Magos viajaron en camellos, San Agustín dedujo que los Reyes debieron montar en dromedarios «porque él era africano y sabía que eran más veloces que los camellos».
Los Reyes Magos acabaron convirtiéndose en la tradición teológica e iconográfica occidental en «un símbolo de todos los paganos que se convierten al cristianismo sin pasar por la tradición judía». «Los tres Magos son los representantes de todos los pueblos de la Tierra y cada uno de ellos se convierte en rey de uno de los tres continentes conocidos en aquella época y de las razas humanas: hay un europeo, un asiático y un africano», Los Reyes Magos «son también símbolo del tiempo, del pasado, el presente y el futuro, y por eso sus figuras representan un hombre anciano, uno de mediana edad y uno joven», sus regalos representan el poder político = oro, la divinidad = el incienso y la resurrección = la mirra.
Es tradicional que los regalos de Navidad a los niños los traigan los Reyes Magos la noche del 5 al 6 de enero. Antes, los niños deben mandarles una carta a los reyes pidiendo los regalos que quieren así como indicar los méritos por los que se merecen recibir regalos. La noche del 5 de enero los niños deben dejar sus zapatos en algún lugar de la casa. Al día siguiente se encuentran allí los regalos o, en el caso de haber sido malos, carbón en su lugar. El día 6 de enero es festivo en toda España, tiene por tanto consideración de fiesta nacional. En algunos países de Hispanoamérica existe la costumbre adoptada de los españoles de que los niños reciban regalos de los Reyes Magos, bien en la víspera, es decir, en la noche del 5 de enero, o la mañana del 6 de enero en México, con mayor tradición en el sur del país, y en el DF esta muy arraigado esta tradición, en Zacatecas, dicha rosca tiene en su interior varios muñecos pequeños de plástico los cuales representan al niño Dios; y aquella persona que en el momento de partir la rosca encuentra alguno de ellos, es encargado de hacer o invitar tamales y atole el 2 de febrero, día de la Candelaria
A pesar que las fechas y formas de los acontecimientos si son o no son realistas o apegadas en sentido estricto de la historia, es toda una tradición las celebraciones con espíritu navideño que nos heredaron nuestros padres, abuelos y así las noches que más sueños encierran de nuestra infancia son sin duda las del 24 de diciembre y la del 5 de enero, en las que la visita del Niño Dios, del simpático Santa Claus y de los Reyes Magos, respectivamente, hacen las delicias de los pequeños, quienes esperan que las mañanas siguientes sean testigos de su inmensa felicidad por recibir los juguetes que esperaron impacientes durante todo el año. Para los Papas, la misión de ayudar a estos singulares y generosos personajes se convierte en una verdadera prueba de resistencia, pues si bien es cierto que es una satisfacción compartida, también lo es encontrar el punto medio entre complacer y no caer en un consumismo innecesario. Cuando se tiene una buena comunicación con los hijos es más sencillo conocer sus gustos y aficiones, todo radica en investigar, por medio del diálogo y el intercambio de experiencias qué es lo que realmente esperan recibir en esas fechas. Y así recordar lo que todo ser humano vive de la ilusión, emoción y alegría de ver un juguete en este día.
Feliz día de Reyes y felicidades a todos los niños en su último fin de semana de vacaciones.