“El cascanueces”, semillero de bailarines
Escrito por Janito el 22 diciembre, 2011
Las risas estallan en los camerinos. El barullo infantil es casi una
 sinfonía. Niños entran y salen con una capa en la mano, un sombrero, una
 cabeza de ratón, un par de zapatillas de ballet. Son las 19 horas. Se
 anuncia la segunda llamada, el griterío se agudiza.
En El Cascanueces hay alrededor de 58 niños y al menos unos cuatro
 adultos, maestros de la Compañía Nacional de Danza, encargados de
 algunos detalles como ajustar vestuarios, encontrar la prenda o
 zapatilla perdida en el torbellino previo a la función o sincronizar las
 salidas al escenario.
El resto, maquillaje, vestuario y peinado, es responsabilidad de cada
 uno de los pequeños, que tiene entre ocho y 16 años. Entre ellos se
 apoyan. Un ratón ayuda a un soldadito a colorear sus chapas. Un bombón
 le cierra el vestido a una invitada a la fiesta.
Frente al espejo ensayan miradas, sonrisas, pasos. No hay reloj en la
 pared, pero intuyen que el tiempo corre, el nerviosismo aumenta,
 empiezan a chocar entre sí. “¡Con permiso!”, “¡ay, mi capa!, ¿quién la
 agarró?”
Tercera llamada. El primer grupo de alumnos de la Escuela Nacional de
 Danza Clásica y Contemporánea del Instituto Nacional de Bellas Artes
 corre hacia al escenario, en donde está Clarita y su familia, bailando y
 disfrutando de la fiesta, el árbol de Navidad, los regalos y la
 actuación del arlequín, el moro y la colombina.
“Quiero ser bailarina”
Ana Paula regresa de la fiesta, seca sus manos en el encaje de su
 vestido. Es una de las niñas más grandes del grupo, tiene 14 años y es
 su tercer año en el montaje, ha sido ratón y bombón. Ahora fue elegida
 para ser invitada y, dice, su personaje le permite explotar aún más sus
 dotes de bailarina.
“Me gusta ser invitada porque tienes más oportunidades de demostrar
 emociones, como estoy en una fiesta tengo que estar alegre”, dice
 mientras mira el ajetreo de sus compañeros. Otra chica, Paula, espera su
 turno para conversar con EL UNIVERSAL. Tiene 16 años y ahora le tocó
 ser soldado. “¡Es muy emotivo! Todos se pelean y es… ¡guau! Me gusta
 mucho bailar, aunque al principio te dan nervios”.
Alejandra es más tímida, tiene ocho años y es la primera vez que participa en el montaje. Ella sueña con ser maestra de ballet.
Los niños de El Cascanueces se han preparado para la 31 temporada
 desde hace más de dos meses, con ensayos diarios tanto en la escuela
 como con la CND. Para la mayoría, diciembre representa la oportunidad de
 sentir por unos días la adrenalina de un montaje y la satisfacción de
 un artista.
La coreografía de Marius Petipa fue estrenada en 1892 y desde hace 10
 años se presenta en el Auditorio Nacional. El Cascanueces es un
 semillero de bailarines que han formado parte de la compañía, por eso,
 quizá, es uno de los ballets más apreciados por la escuela de danza del
 INBA.
Durante el montaje
Clarita duerme y en sus sueños los objetos comienzan a crecer,
 incluso el árbol de Navidad. Los ratones se alistan para atacar al
 cascanueces y a los soldaditos. Inicia la gran batalla.
A los niños los observa la maestra Beatriz Correa, responsable de su
 actuación. Da instrucciones con señas. A veces parece entrenadora de
 boxeo. Aplaude discretamente o hace muecas de descontento.
El Cascanueces es salvado por Clarita y se convierte en un príncipe.
 Emprenden el viaje al bosque cubierto de copos de nieve. Los ratones
 salen del escenario, van brincando, parecen felices. Se escuchan los
 aplausos del público, todo indica que las actuaciones han sido un éxito.
 Beatriz observa el andar de los pequeños, satisfecha.
Todas quieren se el Hada de Azúcar
El País del Azúcar es el sueño dorado de Clarita y de los niños
 bailarines. Ahí habitan la Hada del Azúcar, su caballero y seres
 mágicos. Casi ninguna de las niñas quiere ser Clarita, pero todas
 quieren ser la Hada. “¡Es hermosa!”, dice Alejandra, quien espera ser
 algún día como Elisa Carillo.
Por lo pronto -en un país donde según la Encuesta Nacional de
 Hábitos, Prácticas y Consumo Culturales que presentó en 2010 el
 Conaculta, 66% de la población no asiste a espectáculos de danza- el
 talento de los niños de El Cascanueces 2011 tiene hoy dos funciones:
 16:30 y 19:30 horas.



